Manhala es un área rural de paisaje cultural protegido dónde el principal problema al que nos enfrentamos es al de la identidad y al impacto sobre el paisaje que tendrá el nuevo colegio. Si bien las necesidades del programa y sus superficies requieren un edificio voluminoso, el contexto rural donde se implantará muestra una escala de pequeñas edificaciones con cubiertas inclinadas dispuestas de manera pintoresca. Esta circunstancia nos ha llevado a proyectar un conjunto que pareciese un grupo de pequeñas edificaciones sin dejar de funcionar como un edificio único.
Casas en el campo en lugar de edificio en el campo.
Las aulas, alojadas en pequeños volúmenes girados de cubiertas a dos aguas mantienen el carácter rural y de pequeña escala del proyecto y su entorno, a la vez que tienen un sentido iconográfico claro. La conexión entre estos volumenes se hace por una cubierta plana continua que protege los espacios comunes y que queda integrada en el paisaje, casi como una parte más del terreno.
Un pueblo para una sociedad en miniatura.
Funcionalmente, el proyecto se divide en cuatro brazos unidos por un atrio central. Este atrio a doble altura funciona como acceso al proyecto, como comedor y como auditorio. Cada una de los brazos del proyecto tiene un programa diferenciado que le permite funcionar de forma independiente en una sola planta; colegio (koulu), párvulos (esiopetus), guardería (päiväkoti) y el viejo edificio con funciones principalmente administrativas. En cada una de estos brazos, los espacios comunes (aula) distribuidores se ensanchan y estrechan creando zonas de descanso, juego y tránsito diferenciadas, que se abren al patio al este o al sur.
Mi colegio es mi entorno
El jardín es un lugar tan importante para el aprendizaje en la escuela de la naturaleza como lo son las aulas, (que se situan buscando un contacto directo con el mismo). Y tal como se proyectan distintos tipos de aulas para distintas edades, proyectamos distintos tipos de jardín en función de la edad y del deseo de aventura de los niños, aprovechando lo existente. Desde el jardín cerrado, controlado y seguro de la guardería, pasando por el jardín controlado pero abierto y diverso del colegio, el campo de deporte como un área de batalla simulada, o el bosque en el monte como una naturaleza salvaje miniaturizada.
Pero especialmente singular en este proyecto es la cubierta del edificio, que a modo de gran cabaña en el árbol, se propone como un área de juego diferenciada que conecta el patio y el bosque. Un lugar dónde construir mundos imaginarios como los del barón rampante entre las copas de los árboles.
El aparcamiento y la zona de servicio se ha situado cercana a la calle principal, de forma que no invada el jardín y que se eviten cruces problemáticos.
Construcción
El edificio se construye con estructura de hormigón armado in situ (hecho en el lugar) y con estructura de madera para los volumenes singulares. La fachada se compone de maderas tratadas y teñidas, y de vidrio. La ampliación en una segunda fase se ha plantado como un añadido de piezas en los extremos, de forma que la obra no afecte al funcionamiento del colegio.
Mi colegio es mi casa